La frecuencia de entrenamiento es la primera de de las variables de entrenamiento sobre las que vamos a hablar en los próximos post.

Se refiere al número de sesiones por semana que se entrena un grupo muscular y depende de:

1. a) La disponibilidad que tienes para entrenar y el tiempo disponible cada día.
2. b) Tus objetivos.
3. c) Número de series a la semana/ciclo para un determinado grupo muscular.
4. d) Tu capacidad de recuperación.

1) Disponibilidad que tienes para entrenar

Es el punto más importante. Si no puede entrenar más veces por semana, difícilmente podrás aumentar la frecuencia de entrenamiento.

2) Tus objetivos.

Junto con tu disponibilidad, van a determinar la base de tu entrenamiento.

3) Número de series a la semana/ciclo para un determinado grupo muscular.

En función de si entrenas fuerza o hipertrofia el volumen de entrenamiento varía. Si te estancas, en vez de aumentar tu volumen de entrenamiento por sesión, es mejor y más efectivo aumentar la frecuencia de entrenamiento, tanto para un objetivo como para otro.

4) Capacidad de recuperación de cada persona.

Determinada en mayor parte por la gestión de la carga de entrenamiento y las técnicas de recuperación: más o menos actividad física diaria, alimentación, descanso…

CONCLUSION

1. Si sigues mejorando con tu rutina, siga adelante con ella.
2. Utiliza el al aumento de la frecuencia de entrenamiento para: salir del estancamiento, mejorar un grupo muscular determinado o un movimiento en concreto.
3. El aumento de la frecuencia hará mejorar tu técnica, por tener los músculos más fresco y hacer mejores series efectivas y de calidad.
4. Puedes aumentar la frecuencia solamente en algunos músculos que tengas más rezagados.
5. Si decides aumentar la frecuencia de entrenamiento, comienza distribuyendo el volumen de entrenamiento actual entre más días por semana.
6. Cuando aumentes la frecuencia de entrenamiento, varía entre ejercicios más y menos exigentes para cada grupo muscular en cada sesión, evitarás una fatiga extrema.